La desnudez impuesta y expuesta

Por Silvia Isabel Contreras Carreyó @sundarikotatzu

Recientemente en Ucrania, policías golpearon y desnudaron a un manifestante de la oposición, a grados bajo cero. Los Nazi trasladaban a los judíos sin ropas durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy, oficialistas desnudan y golpean a estudiantes de la Universidad Central de Venezuela. ¿Qué lleva a una fuerza pública a someter a un ciudadano a la desnudez?

De nuevo el experimento de la cárcel de Stanford toma relevancia. En 1971 se demostró que el hecho de tener poder legítimo sobre el otro, puede desatar el potencial agresivo que todos tenemos. En el experimento, un grupo hacía las veces de guardianes de una cárcel ficticia, mientras que otro representaba a los reclusos. Los guardias llevaban uniformes de corte militar, gafas con espejos para evitar hacer contacto visual, y rolos; los reos solo una bata, sin ropa interior, tras haber sido inspeccionados totalmente desnudos.

Apenas al segundo día del experimento, los guardias tomaron una actitud hostil y agresiva contra los reclusos. Entre los malos tratos apareció nuevamente la desnudez. La agresividad por parte de los guardias llegó a tal nivel que los responsables decidieron suspender el experimento al sexto día, ocho días antes de lo pautado.

Llevar un uniforme desde un punto de vista moral nos remite al honor de hacer valer la ley, pero desde la más instintiva respuesta, puede llegar a poner al individuo en el lugar “privilegiado” del victimario. Y si bien la gama de maltratos es tan infinita como la creatividad humana, la desnudez impuesta y expuesta pareciera estar en los primeros lugares de las opciones de quien quiere humillar. Irónicamente, la humillación se multiplica cuando se denuncia: cada vez que una fotografía o video de la víctima es expuesto, el victimario suma puntos por su acertada elección como maltratador.

Si bien hoy parte de Venezuela pudo ser testigo a través de los pocos medios de información que sobreviven, de la humillación de quienes deberían estar dedicando sus días a estudiar y promover un pensamiento universal desde la más importante casa de estudios del país, lo único que va quedando al desnudo son las intenciones dictatoriales y la voluntad represora del gobierno de Venezuela.

 

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Sobre la autora:
Silvia es Comunicadora Social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello y especialista en Comunicaciones Integradas de la Universidad Metropolitana, ambas en Caracas. Es también instructora de Yoga y actualmente reside en Ciudad de Panamá, donde cursa estudios de Psicología. Escribe en este blog porque quiere recuperar la Venezuela que la vio crecer y cree firmemente que la denuncia es esencial para lograrlo.